Creció en Chosica, en una familia musical y lleva 19 años en el extranjero. En conservatorios de Rusia, Alemania y Francia, perfeccionó su labor en composición y guitarra. Hace siete años, ‘Fico’ Tarazona radica en Quebec, Canadá.
Su carrera musical se ha desarrollado entre el charango y la composición. En sus obras integra a los ensambles orquestales el charango, “no solo por el formato, sino como lenguaje musical”, especifica.
En el 2014, su concierto para violín y orquesta ‘Atusparia’ lo estrenó la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) de Argentina. El año pasado, su música la tocaron diversos ensambles en Caracas. Acaba de estrenar junto a la OSN del Perú, en el Gran Teatro Nacional, su concierto para charango n° 1 ‘Tres paisajes andinos’. A ello se suma que es creador del hatun charango. De paso por Lima, conversó con El Peruano.
–¿Ha sido difícil el camino como difusor del charango en el mundo de la música académica en Europa?
–¿Dificultad? Al contrario, se me han abierto muchas puertas. Dificultad, aquí en el Perú, llegar a la gente con este trabajo es muy difícil. En otras ocasiones, traje cosas muy atrevidas, con sonidos nuevos, armonía atonal. Aprendes dónde tienes que tocar un determinado género.
–Háblanos del hatun charango, el instrumento que creaste. ¿Es una evolución del charango?
–El hatun charango, pese a ser un charango, es otra cosa. Tiene posibilidades armónicas increíbles; puede hacer completo un acorde con séptima, novena, oncena, importantes para la música de arte contemporánea, que equivocadamente se llama música clásica.
–¿Qué le falta para su mayor difusión?
–El problema es que todavía no he publicado el método, que estoy elaborando. Saldrá en los próximos meses.
–También tienes en camino tu tercer álbum.
–Será un disco interesante porque presento la música de la costa desde la música española. Hago piezas de guitarra barroca; valses criollos en charango y guitarra. Y canciones en hatun charango.
En Canadá trabaja junto a un cuarteto un programa de música peruana. Se alista para dar conciertos en octubre en Brasil, luego Suiza, Alemania, Finlandia, Estonia. En el 2019 tocará con la Orquesta de Cámara de Maui. Y quiere estrenar en Lima su tercer concierto para charango y quenacho con la OSN.
–¿Qué te parece el camino que está tomando el charango peruano?
–Es un momento muy fructífero. Lo que me deja mucho que desear es la perspectiva y objetivo musical. Cuando escuchas a Óscar Avilés, hay un concepto de sonido que él creó, innovó. En la música andina es Raúl García Zárate (RGZ). Los chicos no tienen ningún interés por el concepto del sonido. Para ellos el huaino es la canción, la letra, el acompañamiento, el micrófono y el espectáculo. Y se está faltando el respeto a la tradición de la forma del instrumento. No entiendo por qué pintarlo de negro o blanco y ponerle forma de guitarra eléctrica. Yo lo que busco es la música, no el espectáculo.
–¿Y la nueva música ayacuchana?
–No es un crecimiento, no hay un enriquecimiento en el aspecto armónico o interpretativo. Se le ha decorado, se le ha dado los aires del rock. Pero la música es más pobre que la tradicional.
–En Lima se ha popularizado el ukelele. Y uno se pregunta, ¿por qué estos jóvenes no tocan el charango?
–Acabo de dar conciertos en Maui y Honolulu, en Hawái. Me presentaron al círculo de ukulelistas. Se quedaron impresionados de la acústica del charango. No lo conocían. Fue la sensación, con conciertos llenos. Y acá… Qué loco.
José Vadillo Vila
Entrevista
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